Presidente de la Nación, Alberto Fernández
Atacar la exportación de carne es un error de diagnóstico, ya que no es el motivo del aumento de precios internos. Cerrar las exportaciones es volver a repetir recetas con demostrado fracaso. A partir de esta misma medida en el año 2006 se perdió el 20% del stock ganadero nacional y 12 mil puestos de trabajo en la industria de la carne. Miles de pequeños y medianos productores fueron expulsados de la actividad, dejando la producción en menos manos y fomentando la concentración económica.
Es fundamental aclarar que el incremento en el precio de la carne es consecuencia de la continua devaluación del Peso Argentino por culpa de la inflación, que deja cada vez más lejanos los productos y servicios del diluido poder adquisitivo de la gente. El aumento de la base monetaria por la impresión de billetes, sin el consecuente aumento en la producción, tiene un solo destino que es más inflación. Es fundamental atacar las causas y no las consecuencias para tener resultados sostenibles.
Argentina es sólo uno de los varios exportadores de carne en el mundo, como Brasil, India, Estados Unidos, Canadá, Australia, Uruguay y otros. Sin embargo, en dichos países los precios locales no aumentaron como en la Argentina, lo que evidencia que el incremento de los valores internacionales no genera un aumento sustancial en los precios locales.
Por otro lado, los valores comparativos del ganado en pie para faena en la región marcan a mayo 2021 en Uruguay alrededor de 1,92 USD por kilo y en Brasil 1,77 USD por kilo, mientras que en nuestro país al tipo de cambio libre está en un nivel inferior, de 1,20 USD por kilo. Asimismo, también se debe entender que la mayor exportación no debiera ser un factor de incremento de los precios para los cortes más populares de nuestro país, ya que en su mayor parte se exportan vacas para conserva y manufactura, una mercadería que los argentinos no consumen, y cortes sin hueso de alto precio, dejando el asado, el vacío y otros cortes de predilección local para abastecer el mercado interno. Sólo se exporta el 20% de la producción dejando un 80% en el mercado local.
La cadena de la ganadería emplea a 1 de cada 10 argentinos, siendo una de las actividades más federales de nuestra economía y que aporta al país 2.700 millones de dólares anuales.
Ganar la confianza de los mercados internacionales para colocar nuestra producción de carne bovina es un trabajo arduo y de años, que se destruye con tan sólo una medida equivocada como esta. No permitir el cumplimiento de los contratos –además de dañar nuestro prestigio como proveedores confiables- impide el ingreso de las divisas que tanto necesita nuestro país y le abre los mercados a otros países de la región con políticas más racionales.
Fomentemos la producción y la exportación, vayamos en la dirección de generar más empleo y más desarrollo, devolviendo así poder adquisitivo a la población. No hay que correr tras las consecuencias sino atacar al verdadero causante del aumento de precios, la inflación.
Si no se revele esta medida se van a perder miles de puestos de trabajo
NO AL CIERRE EXPORTACIÓN CARNE. LAS MEDIDAS IRRUPTIVAS EN EL MERCADO NO GENERAN NADA BUENO, sino lo contrario. Costó mucho recuperar confianza del mercado extranjero !.
MEMORIA SOLO ESO SE NECESITA M E M O R I A !!!!!!
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Máximo Fioravanti
basta de regulaciones contra el trabajo y la producción